En Venezuela
y el mundo se habla mucho sobre la palabra “Diálogo”, cuyo origen latino es la voz…dialŏgus, que proviene a
su vez de un vocablo griego (en donde hasta ahora todo supone…que nace la
democracia). Partiendo de que el diálogo describe una conversación entre dos o
más individuos que pretenden exponer ideas, afectos o expresiones de emocionalidad.
También se debe considerar de manera conexa, como una vía para intercambiar
posturas de pensamientos y dogmas. En este último caso, no debe sorprender que
un determinado diálogo, dirigido al propósito
de lograr un acuerdo, finalice en discusión ante la imposición de conceptos o
ideas de una de las partes que intervienen en el. Por tanto, lo que inicia como
dialogo corre el riesgo de convertirse en monólogo,
ahuyentando toda posibilidad de alcanzar acuerdos que puedan beneficiar a
poblaciones enteras. Cosa que puede ocurrir si la facción minoritaria presente en
el diálogo, siente o percibe intención
de: Sometimiento, burla o simplemente descubre que la conversación pautada es
sòlo una maniobra de la otra u otras facciones presentes en el diálogo, con intenciòn de ganar tiempo para poder
exterminar o debilitar a la facción que se le opone conceptual o dogmàticamente.
Un buen
ejemplo de la palabra diálogo, para
el caso de Venezuela, podría ser el
que se cita a continuación: “Los dirigentes de los partidos políticos más
importantes del oficialismo y oposición han intentado dialogar para “buscar”
soluciones a los problemas que aquejan a la nación. De acuerdo a la vocería
gubernamental: los opositores no quieren aceptar las condiciones fijadas de
acuerdo a los criterios de gobernabilidad expuestos. Por su parte, una facción
opositora sostiene que el gobierno desvirtúa la esencia del llamado, al
intentar manipular la opinión pública para oxigenarse. Y en vez de
intentar alcanzar un acuerdo donde el objetivo sea mejorar la situación
económica” de la población, solamente se ventila el asunto de que el ciudadano debe
sacrificarse por y para beneficio y sobrevivencia del propio gobierno. Dando la
percepción de que la jerarquización de la problemática social, no se encuentra
jerarquizada no se puede llamar diàlogo entonces. Ya que por otra parte, otra facción opositora participante en el dialogo, prefiere sostener
conversaciones, tras conversaciones, independientemente de lo poco fructífera que
a ojos de la colectividad puedan ser estos encuentros.
En conclusión:
Para que exista un verdadero diálogo
y ajustándonos a los preceptos socráticos y platónicos: El diálogo debe estar
inmerso dentro de una cuestión ética y diegética. Entendiendo la última, como todo
aquello que forma parte del acontecer y desarrollo de un problema como en el caso venezolano. No desde una historia sonoramente narrada. Luego dado que los
participantes actúan en calidad de interlocutores o representantes de la población,
debe considerarse la figura de una transición,
antes de un logro efectivo en torno al problema político planteado. Y tercero: el
planteamiento de un diàlogo verdaderamente serio y crítico.
Finalmente,
a la hora de ampliar el conocimiento que permite diferenciar un dialogo precario
de un dialogo fructífero, y un dialogo estéril de uno donde prevalecen: la madurez,
la lógica, la razón y la ética libre de prurito...llega la comprensión de la
conveniencia nacional donde el resultado del diálogo planteado es y debe ser: el respeto
hacia el prójimos y no la conveniencia de quien detenta el poder o de los participantes dentro de dicho diàlogo. Ya que sin respeto
no existe credibilidad, pero la credibilidad viene de la práctica de la ética.
Porque el ejercicio de la ética genera confianza.
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